Si bien
es cierto que nadie nace aprendido, también es cierto que cuando se toca un
tema “Tabú” como el sexo, nadie te enseña o todos quieren enseñarte.
Y es
que yo me he puesto a pensar: ¿Por qué nuestros padres nos pintaron todo tan
bonito? Cuando ves la realidad es otra. ¿Por qué no hablar con la verdad? ¿Cuál
es el miedo?
Siempre
me he cuestionado el por qué mi madre no se tomó un poco de tiempo para
conversar conmigo y explicarme sobre este señor llamado SEXO; y digo mi madre, porque siendo única niña en la familia y mi
padre tan machista, no le hubiese agradado que le preguntara: ¿Papi puedes
explicarme que es un orgasmo? Entonces, ¿Por qué los padres le dejan sus tareas
a otros?
¿Quién te lo dijo?
A mí me
toco enterarme gracias a la Tv ,
revistas, películas o peor aún, en el colegio y no precisamente en una clase de
educación para la salud, sino por una conversación con una amiga, quién a tono
de gracia contaba cómo había sido su primera vez con su novio y con Postinor -Un anticonceptivo de
emergencia, que se toma después de haber tenido una relación sexual sin
protección, también conocida como la pastilla del “día después”. Mientras ella
hablaba, yo quedaba perpleja por tantas revelaciones, y no es porque era una
monja, sino que no imaginaba tanta parafernalia.
Poco
después de este episodio, veo a otra compañera de clases maravillada con un
libro –que me lo recomendó- y como la curiosidad mató al gato, no me quede
atrás y fui a buscar el dichoso libro.
Llego a
mi casa con el libro y comienzo a leer. Cuando voy bastante adelantada me llama
la atención lo siguiente: “Me tomó solo
11 minutos llegar”, ¿llegar a dónde?
Y es
que mi inocencia era tanta que no me percataba que María hacía referencia a los
11 minutos que tardó en llegar su orgasmo
-María es la protagonista del Libro 11 minutos de Paulo Coelho, que explora la naturaleza
del sexo y del amor.
Con
sólo 15 años me pongo a pesar: ¿Qué se siente cuando tienes un orgasmo? ¿Dura
11 minutos? ¿Por qué no he tenido uno? ¡Dios
que complicación! ¿Y ahora? -como dice el chapulín colorado: “¿Quién podrá
ayudarme?”.
Padres, no
deben permitir que otras personas se ocupen de la educación sexual de sus
hijos. Si hacen eso se arriesgan a que acudan a fuentes que no son seguras, como
por ejemplo amigos que tampoco están suficientemente informados, lecturas que
no tienen rigor, etc.
La
sexualidad de los adolescentes es un asunto lo suficientemente importante como
para que los padres no lo descuiden.
Paola Gonzalez / @pagagova
Información publicada en www.mujeres20.com
@Mujeres_20